Cuando nuestra meta final es la sustentabilidad, es interesante pensar en los muchos elementos orgánicos involucrados que nos llegan por nuestras amigas, las plantas. En nuestro viaje de aprender a vivir sustentablemente, el bambú es un elemento que no puede faltar.
Es virtuoso por su capacidad de ser muchas cosas, desde bebidas frescas y espirituosas, y sobre lo que hablaremos hoy, fibras para crear moda, gracias a su capacidad de producirse de forma renovable y por si fuera poco: de rápido crecimiento. Este es uno de esos materiales que tiene un ciclo de vida sustentable completamente circular.
En este artículo, hablaremos sobre las ventajas que nos ofrece el bambú para poder lograr nuestros objetivos de producir moda que no solo entregue belleza, sino una conexión con el medioambiente.
El bambú es un recurso sostenible y renovable
El bambú tiene el superpoder de crecer increíblemente rápido, hasta 91 centímetros por día, y por su fuera poco, se puede cosechar sin dañar las raíces de la planta. Permitiendo tener un flujo constante de fibra sin perjudicar su desarrollo.
Además de que no requiere pesticidas ni fertilizantes, así que es un cultivo de bajo impacto y amigable con el medioambiente. Crece en muchos tipos de biomas a lo largo del mundo como:
- Bosques tropicales y subtropicales: muchas especies de bambú se encuentran en los bosques tropicales y subtropicales de Asia, África y América del Sur.
- Bosques templados: algunas especies de bambú se encuentran en los bosques templados de China, Japón y América del Norte.
- Sabanas y praderas: algunas especies de bambú, como la Guadua, se encuentran en sabanas y praderas de América del Sur.
- Zonas costeras: algunas especies de bambú se encuentran en zonas costeras, donde pueden resistir la salinidad y los vientos fuertes.
Y en la planeación de sumideros de carbono, el bambú resalta porque libera más oxígeno en el aire que otras plantas. Por lo que se convierte en un aliado indispensable.
La tela es suave, cómoda y duradera
Es conocida por ser increíblemente suave y cómoda contra la piel, con una sensación similar a la seda o la cachemira. Es absorbente de la humedad y transpirable, lo que la vuelve una opción excelente para ropa deportiva y ropa para clima cálido. Pero no la subestimes: esta tela es sorprendentemente fuerte y duradera, y resiste el lavado y uso habitual.
Además, su tela tiene características que la hacen naturalmente antibacteriana e hipoalergénica, por lo que ayuda a resistir bacterias y hongos que tienden a prosperar en la humedad. Y sus características hipoalergénicas le da una ventaja para servir en la vestimenta de personas de piel sensible o alérgicas.
Tiene un proceso de producción ecológico
En comparación a los otros tipos de producción textil, el bambú en tela es menos dañino que sus contrapartes. Emplea menos agua y energía que el algodón, y produce menos emisiones de gases de efecto invernadero como consecuencia.
Así que la huella de carbono que produce no solo es poca, sino que considerando que se produzca de forma sustentable y promoviendo que prospere en policultivos que permitan mantener la fertilidad del terreno donde crece: es esencialmente inagotable y una poderosa herramienta de liberación de materiales que requieren mucho mayor cuidado.
Si a esto le agregas que algunos fabricantes utilizan sistemas de circuito cerrado para reciclar y reutilizar agua y productos químicos en el proceso de producción. Así que la producción en masa también puede ser mitigada.
Nuestro amigo el bambú
Para la ropa sostenible, considerar aprender los múltiples usos del bambú y conocer a profundidad como producir su tela es uno de los muchos caminos que nos habilita el conocer las virtudes de las plantas. Es renovable y de rápido crecimiento, requiere de menos pesticidas y fertilizantes para crecer. Para la comodidad resulta suave y duradera, con propiedades antimicrobianas e hipoalergénicas.