El secreto sustentable de la fibra de algas

Amantes de la moda, y somos conscientes del gran impacto en el medioambiente y la sociedad en general que posee. Que va desde la producción de materias primas hasta la logística y eliminación de desechos, tienen un gran impacto en nuestro planeta. Por eso ponemos especial atención a las alternativas sostenibles, y en este artículo hablaremos de uno muy especial: fibras de algas.

Las algas están en todas partes

Las algas son plantas acuáticas que crecen en ríos, lagos y océanos. Existen diferentes tipos de alga, pero la que nos importa para la moda sostenible son dos: la macroalga y la microalga. La macroalga, también conocida como laminariales, es un alga marrón que crece en aguas frías. Y la microalga, es un alga verde que se encuentra en las aguas dulces y saladas.

Produciendo fibra de algas

Se produce a partir de algas secas y trituradas, que se procesan para convertirse en hilos. Requiere menos agua y energía que las fibras sintéticas. Y las fibras sintéticas, en contraste, no resulta sostenible porque no crece de forma orgánica, sino que es un derivado de la industria petrolera.

Combatiendo el cambio climático

Las fibras de las algas permiten hacer ropa muy suave y cómoda. Es incluso más suave que el algodón y tiene una textura similar a la seda. Además, es resistente al moho y a las bacterias.

Adicionalmente, pueden absorber el dióxido de carbono y rápidamente se está posicionando como una planta muy efectiva para contrarrestar los gases de efecto invernadero. Y por su fuera poco, usarlos para la moda puede ayudar a reducir esos gases de efecto invernadero y combatirlo por dos frentes: reduciendo su producción y mitigándolo.

No solo se trata de contrarrestar

La fibra de algas también puede generar un impacto social positivo. Sirviendo como fuente para el desarrollo de la autonomía y comercio de comunidades costeras. Produce mejoras en la calidad del agua en las zonas costeras, debido a que pueden absorber los nutrientes que contribuyen a la contaminación del agua. Una solución de 360°. Ayuda a las personas, producir ropa y satisfacer nuestras necesidades hídricas.

Y cuando la ropa esté ya muy vieja: es biodegradable. Eso significa que se descompondrá de manera natural en el medioambiente. Este es un punto clave porque en comparación a la ropa sintética que utilizamos todos los días, no contribuye a la acumulación de residuos. Solo imagínalo: si además eres una persona que emplea compost, tu ropa vieja ayudaría a fertilizar otras plantas para producir más fibras orgánicas.

Concentrando el potencial de las algas

No hay duda de que la fibra de algas es una alternativa innovadora y sostenible para la industria de la moda. Apoya al fortalecimiento de la autonomía de las comunidades costeras, sirve de fuente de alimentación y purificación del agua. Y para nosotros, los amantes de la moda, nos permite crear vestimentas únicas y elegantes inspiradas por las mismas culturas que las usan.

Comparado con el algodón o la fibra de bambú, un potencial especial de la fibra de algas está en las prendas de playa porque es resistente al agua salada y a los rayos UV. Por lo que estarías protegido y gracias a su capacidad de secarse rápidamente, tendrías una «prenda anfibia» perfecta para las vacaciones y los que amamos la costa, el lago y el río.

Aunque no hay que dejarse engañar, será de mar… Pero su cualidad de absorción de la humedad también le hace muy competente para la retención del calor. Por lo que también es posible utilizarla para ropa de invierno como chaquetas, abrigos y suéteres. Aguantará varios inviernos antes de que debas despedirte de ella.

El secreto sustentable de la fibra de algas

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